El modelo de vivencia en el cual la paternidad no es la finalidad del matrimonio, sino una opción, ha tomado auge en los últimos años en las sociedades desarrolladas.
Uno de los cambios que el feminismo trajo consigo en las últimas décadas es la enmancipación, gracias a la cual las mujeres se preparan más académicamente, alcanzan níveles profesionales más altos y trabajan tantas o más horas que sus compañeros. Esto trae como consecuencia el retraso de la maternidad.
Sin embargo, la decisión de traer niños al mundo depende no sólo de las mujeres, sino también de los hombres quienes forman parte de un matrimonio o concubinato. Las siglas en inglés DINK (double income no kids = doble sueldo, cero niños) describen el relativamente nuevo fenómeno de parejas que, por diferentes razones, se deciden por una vida sin hijos.
En esta sociedad de consumismo desenfrenado, es fácil deducir por qué existen cada día más parejas que no muestran interés alguno en formar su propia familia del mismo modo que lo hicieron nuestros padres. Viajes, ropa, tecnología, lujos y comodidades están al alcance de todos, sobre todo al alcance de todo el que tiene un buen ingreso y ninguna responsanbilidad familiar.
Según el periódico “El Clarín” (Argentina) "una casa con dos ingresos y ningún egreso en el rubro hijos supone un bolsillo de tal holgura que tiene un resto para productos y servicios que resultan prohibitivos para familias numerosas. Un hogar sin chicos gasta un 27% menos que uno de cuatro miembros". Es por esto que en los últimos años ha surgido el nuevo segmento DINK en el mercado: parejas entre los 25 y 38 años de edad, que no siguen las reglas tradicionales en cuanto al futuro como padres, sino que persiguen sus proyectos profesionales, valoran lo académico e invierten mucho tiempo y dinero en el cuidado de sus cuerpos y salud mental. En lo personal, algunos aceptan ser egocéntricos e individualistas.
En Suiza y Alemania el número de parejas sin hijos es del 21%. Francia posee el menor porcentaje de parejas DINK (10%) y probablemente está muy relacionado con el hecho de que el gobierno francés ha desarrollado muchos medios de apoyo, por medio de los cuales los padres jóvenes tienen la oportunidad de trabajar diariamente 100% mientras sus hijos disfrutan de diferentes posibilidades de cuidado.
En América Latina el fenómeno DINK está tomando cada vez más auge, sin embargo aún la obligación/deseo de formar una familia es dominante, y es apoyada además por los familiares de los nuevos padres, quienes en países latinoamericanos, están más dispuestos a participar activamente en la crianza de los nuevos parientes. Por esta razón, a pesar de la pobreza existente, y gracias a la ayuda de padres, tíos y amigos, "donde come uno, comen dos.... y hasta cinco".
Argumentos que defienden la decisión de prescindir de hijos, son muy variados: el fuerte deseo de superación en el plano profesional, inseguridad acerca de las propias capacidades como padres, edad o deseo del compañero, miedo a la pérdida del status social alcanzado hasta ahora, decepción acerca de la situación actual del planeta, incluyendo el calentamiento global y la creciente tasa de delincuencia y pobreza, hacen menos provocativa la idea de traer al mundo a nuevos seres humanos que vivan una vida incierta y llena de retos cada vez más difíciles de superar.
Las parejas sin hijos han sido siempre criticadas y vistas como egoístas, enemigas del desarrollo de la sociedad y de los principios religiosos, e incluso han sido tildadas hasta de impotentes. Sin embargo, hay que reconocer que en estos tiempos de globalización, de extrema competencia y completa negligencia en cuanto al medio ambiente, la idea de ser un poco más cautelosos y sinceros en cuanto a la propia convicción o vocación paternal, no es para nada desagradable, por el contrario, deseable. Respetar las decisiones de los demás es una tarea difícil de cumplir permanentemente, pero imprescindible para el óptimo desarrollo de nuestra sociedad. De esta forma los niños que sí lleguen a nacer podrán encontrar un mundo aún amigable y sus valientes padres no tendrán que arrepentirse de sus decisiones.