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Muy común se ha vuelto escuchar a muchos padres decir que quieren darle a su único hijo un hermano o hermana, para que así tengan con quién jugar y para que aprendan a compartir.


Y es que eso de ser “hijo único” muchas veces viene con un estigma, pues en el pasado todas las familias eran muy numerosas y cuando se sabía de un niño que no tenía hermanos, se asumía que algo raro pasaba con los padres, muy posiblemente algún problema para concebir o que algo no iba bien en el matrimonio. Aunque ése fuese algunas veces el caso, nunca se planteaba la posibilidad de que así lo hayan querido los padres: que su plan original de familia consistía en tres miembros y nada más.

Yo crecí en una familia numerosa, eso que llaman “patchwork family”, en la que los hermanos siempre jugaron un rol importante, pues sin importar la situación que fuese: exámenes reprobados, padres peleando, nuevos amigos, etc, los hermanos siempre están allí para compartir el día a día contigo y quererte incondicionalmente, a la misma vez que ellos crecen y aprenden contigo y de ti. Creo firmemente que mi personalidad es un reflejo de la relación con mis hermanos, sin embargo no creo que los que crecen como hijos únicos siempre sean “malcriados, consentidos, egoístas y egocéntricos”, o al menos no creo que lo sean por el simple hecho de no tener hermanos. La cosa va más allá.

Para poder tener una idea más clara del asunto, decidí entrevistar a diferentes personas, específicamente a hijos únicos y a padres que por una u otra razón decidieron tener sólo un hijo.

Vanessa Klein (16) estudiante: “La ventaja de ser hija única es que tengo toda la atención de mis padres y no tengo que compartir nada con otros hermanos, y tengo mi propia habitación. La desventaja es que a veces todo se torna aburrido, y me imagino que teniendo hermanos sería como tener a tu mejor amiga (o) siempre y podrían hacer lo que sea juntos. También cuando uno no quiere hablar de ciertos temas con los padres, sería ideal tener un hermano con quien hablar acerca de todo”

Nehemí Luna (34), periodista y madre soltera: “Ale me ha pedido hermanitos y a veces le ha dicho a personas que ella tiene hermanos, asi como fantaseando, como si sintiera que no tener hermanos es chimbo. Yo fui hija única hasta los 7. Es una sensación medio ambivalente, cuando eres único sueñas con tener hermanitos, cuando los tienes sientes celos pero es muy rico no saberse "solo". A veces Ale y yo vamos a salir y me dice: ‘mami pero las dos solas no, invitemos a un amiguito’ y últimamente me pregunta que si voy a tener más hijos.

Sin duda cuando uno tiene un solo hijo, tanta atención los hace un poco egocéntricos. Sin embargo, en mi caso ha ayudado la presencia de primitos, vecinitos y amigos; Ale es una niña que comparte sus cosas y espera lo mismo de otros niños”

Sharol Delgado (39), traductora: “Por supuesto que ser hijo unico es super solitario, pues yo veo que a Joshua le encanta estar con otros niñitos de su edad, Desde el punto de vista de madre, me encantaria que él ya tuviese un hermanito(a) con quien compartir, jugar y ser ya el "hermano mayor", jugar solo lo aburre y siempre quiere que sea uno el que juegue con él, su papá o yo, pues no le da nota aunque tenga una infinidad de juguetes con los cuales jugar y divertirse. Ya me ha pedido un hermanito, pero no todavia con mucha persistencia, aunque si por casualidad conocemos a alguien que tenga un bebito recién nacido o de meses, le encanta ya que se lo pongan en las piernas y quiere jugar con él..
Las ventajas de ser hijo unico varían desde la económica hasta el hecho que que es él quien recibe el 100% de atención de ambos padres, sin embargo las desventajas, creo yo, que son de mayor envergadura, pues no sabe lo que es "compartir" sus pertenencias con otra persona, y cuando le toca, es muy posesivo, ademas de la soledad tan grande en la que crece rodeado sólo de adultos: no es lo mismo tener “playdates” a diario, que a la hora de terminarse el dia ya no están porque cada quien tiene que regresar a su casa, a que tener hermanitos con quienes jugar y crecer 24/7”

Yok González (52) enfermera: “tener un hijo único es bello, mas ser hijo único no es fácil, pues crecen consentidos, a veces malcriados, egoístas y super celosos. Yo tengo muchos hermanos y fue, y sigue siendo, muy bonito compartir hasta el pan, mucha unión, alegrías y tristezas juntos, por eso sí pensé en tener más hijos, de hecho perdí 4: uno en mi primer matrimonio y 3 en el segundo, incluyendo unos morochitos que aún lloramos.
Mi hija nunca me pidió hermanos, no quería porque además fue la primera bebé de la casa y siempre fue muy consentida por sus padres, abuelos, tíos, etc. Siempre decía que no queria más hermanos y aunque ella tiene 4 hermanos por parte de su papá, igual no están muy compenetrados y sólo se ven de vez en cuando, pero en lo personal es muy reservada y sólo a mí confia sus cosas”