Enzo Cesario mira la lluvia, que cae a baldes sobre Río de Janeiro, y suelta esa frase tan clásica de quien acaba de ganar un título y todavía no deglute de qué se trata eso de ser campeón.
"Ahora no lo puedo dimensionar", dice mientras espera que lo pasen a buscar para ir a una entrevista para un canal de televisión.
Ahora, que aguarda para su primera aparición en la pantalla desde los tiempos esos en que la Vuelta de Chile se transmitía por la TV abierta, sólo unos mensajes de texto de su familia lo alertan de su nuevo estatus deportivo continental.
Claro, su núcleo fue vital en su decisión de subirse a su bicicleta. Su padre, Bruno -igual de colorín que el nuevo campeón panamericano-, fue ciclista de ruta, y le inculcó desde pequeño el gusto por los pedales.
Cesario (26 años) ganó oro en persecución individual y ganó el primer oro de Chile en estos Juegos Panamericanos. En otras palabras, de toda América no hubo nadie que realizara los cuatro kilómetros en menos tiempo que él. Y ojo que hace una semana nadie tenía al villalemanino en los cálculos, porque el titular en la persecución originalmente era Marco Arriagada, dueño de la medalla de plata en Santo Domingo 2003.
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