El boicot comercial y las marchas históricas del 1 de mayo en los Estados Unidos dan un rostro a los “invisibles”, a esos 12 millones de trabajadores ilegales que nadie veía.
Fernanda Toledo cruzó ilegalmente el río Bravo hace menos de un año. Como millones de latinoamericanos dejó detrás casa y familia para buscar mejores condiciones de vida. El pasado 1 de mayo salió a marchar en las calles de New York junto con ciento de miles de latinos en una jornada histórica, la minoría más grande de inmigrantes –42.7 millones de personas- dejó de ser invisible y levantó la voz exigiendo reconocimiento legal en ese país.
Sí, Fernanda entró a los Estados Unidos sin permiso para hacerlo. Sí, pero igual que 12 millones de trabajadores que no cuentan con los papeles oficiales trabaja y paga impuestos por el salario que recibe. Más de dos millones de latinos en las calles firmaron un día histórico en los Estados Unidos, más de dos millones de gente con sus raíces en América Latina dejó de ir a trabajar, cerró negocios y desafió lo mismo al estado que a sus patrones o a los grupos extremistas que en días previos habían lanzado provocaciones para generar violencia. Nada les impidió tomar las banderas de sus países de origen y la bandera estadunidense para mostrar que están ahí, que son un engranaje más del motor económico que mueve a ese país.
La riqueza con eñe
Pero además de su contribución en el desarrollo de la actividad económica, la capacidad de consumo de los latinos que viven en EU se ha triplicado en los últimos 15 años. Tan sólo en el 2005 el gasto totalizó 768 mil millones de dólares, la riqueza anual de un país como México, marcando un crecimiento mayor por arriba del promedio de los ciudadanos estadunidenses, esto de acuerdo con estimaciones del centro de investigaciones Hispan Tellingence. La capacidad de consumo de la población de origen latino que vive en los Estados Unidos, si se le compara con otras economías del mundo, estaría en la posición 10 entre las más grandes de acuerdo con un listado del Banco Mundial y se pronostica un crecimiento de al menos el 50 por ciento en los próximos cuatro años.
El peso político
Ahora el reto del movimiento latino busca el peso político de cara a las próximas elecciones de noviembre, por ello más de una docena de organizaciones defensoras de los derechos humanos de los migrantes en EU lanzaron una campaña de afiliación electoral, la meta: registrar al menos un millón de futuros votantes. Además la bancada de los legisladores republicanos anunció que el tema de la reforma migratoria que podría beneficiar de inmediato a al menos siete millones de trabajadores ilegales y en corto plazo a los otros cinco millones regresa a la mesa del debate en el pleno del Congreso estadunidenes-
Fernanda como millones de latinos esperan ver un triunfo del movimiento, el reconocimiento de sus derechos como trabajadores y como miembros productivos de una sociedad –la estadunidense- que parece que ha olvidado su carácter de inmigrante.