Hace 60 años que se aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En vano?
Un 10 de diciembre de hace 60 años, en una de sus primeras Asambleas Generales de las Naciones Unidas, se aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en un acto histórico que se celebró en la ciudad de París, en 1948. Hoy en día, seis décadas después, ésta Declaración Universal firmada y aprobada por 198 países, está cada vez más lejos de ser aplicada en su entera disponibilidad.
El texto manifiesta clara y nítidamente que toda persona tiene derecho, como, a la alimentación, educación, salud, vivienda, justicia y paz, a las libertades de expression y movilización; entre otros elementales derechos, los que están siendo papel mojado frente a los azotes de hambruna, tortura, muerte y desolación que sufren las dos terceras partes de la humanidad.
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”, reza en el Artículo Primero de esta Declaración Universal. Si nos detenemos unos segundos y profundizamos lo mínimo en este contenido, nos daremos cuenta rápidamente de que el final de este manifiesto, no se cumple ni se aplica en la medida que debería serlo. Las dos terceras partes de la humanidad –cerca de 4950 millones de personas-, no viven en las mismas condiciones de los habitantes del “primer mundo”; sinó en la pobreza, por debajo o en la extrema pobreza; y nos referimos a tres de los elementales Derechos Humanos: la alimentación, la salud y la educación (éste ultimo derecho, el más controlado y manipulado por el “primer mundo” para su propia conveniencia. Sin educación, la persona reclama menos por la sencilla razón que desconoce sus derechos).
Se agranda el abismo de la desigualdad
La tan mentada Globalización y la aplicación del Libre Mercado, esta dando unos nefastos resultados para los países del “tercer mundo”. El derecho a la libertad de producir, consumir y vender o exportar productos de primeras necesidades en igualdad de condiciones con las multinacionales, se está aplicando con una despiadada desigualdad para los habitantes de los países en vías de desarrollo. “El derecho a las mismas condiciones de la oferta y la demanda en el mercado internacional, no debe ser objeto de discriminación ni arbitrariedad alguna”, señala en un inciso de uno de los artículos de la Declaración. A pesar que existen Cortes Internacionales de Justicia para denunciar estas desigualdades y atropellos, todas se pierden en un infinito laberinto de trámites y terminan por quedar sobre papel mojado.
Pero lo peor no es esto, sinó las concecuencias que ello reporta. Todos los países con grandes recursos naturales en agricultura, minería y carburantes, terminan por sacar al exterior el 90% de sus productos, dicen que para “pagar la deuda externa”; por lo que sus propios habitantes carecen de alimentos primarios, lo que derime en la pobreza o extrema pobreza. “La desigualdad de la Globalización está siendo un azote para las dos terceras partes de la humanidad”, denunció el anterior Secretario de la ONU, Kofi Annan; denuncia que también quedó sólo en ello. Ninguna de las grandes potencia económicas del mundo hace un mínimo gesto para detener las miles de muertes diarias que se suceden propiciadas por el hambre.
En uno de sus últimos reportes la Organización Mundial para la Alimentación (FAO), denuncia que mas de 963 millones de personas sufren de hambre, -40 millones más que el año 2007-, principalmente en Africa, América Central, El Caribe y Sudámerica. Otro de los escalofriantes datos que proporciona este organismo, es que aún existen países donde diariamente mueren decenas de niños por efermedades como la tuberculosis, cólicos o un simple resfrío. De ello se deduce, que éstas familias no tienen acceso ni siquiera a una simple aspirina o vacuna conta la TBC, males que en los países “desarrollados” se curan con sólo ir a una farmacia. Las ONGs, casi en su totalidad, denuncian que medicamentos básicos son vetados para su exportación a los países más pobres por el costo que podría significar para las grandes trasnacionales productoras de éstos fármacos. Algo realmente repugnante, pero cierto.
Atropellos contra las básicas libertades
“Toda persona tiene todos los derechos y libertades en esta Declaración, a opinar y ser escuchado sin distinction alguna de raza, color, sexo, idioma, religion, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” dice con entera claridad el Artículo 2, de la Declaración. Si embargo en 81 países se practica la tortura por la sencilla razón de que una persona pueda incurrir en dar a conocer públicamente su desacuerdo contra el sistema o la aplicación gubernamental de su país. En 21 países se aplica la pena de muerte y, en la mayoría de los casos, las ejecuciones son sin determiner sólidamente la culpabilidad de los condenados. En el 2007, se ejecutaron a 1254 personas, de ellas, solamente 1 de cada 3, se les encontró las pruebas suficientes para ejecutaralas.
A pesar que estamos en el Siglo XXI, el derecho a la libre opinión, está siendo objeto de atropellos a la luz de medio mundo. En lo que del nuevo milenio, 624 periodistas, reporteros e informadores, han sido detenidos, encarcelados o asesinados por el simple hecho de informar con veracidad e imparcialidad. Dirigentes sindicales, vecinales o de asociaciones, son señalados, marginados y separados de sus puestos de trabajo o dependencia. Increible, ya que la Democracia existe en la mayoría de los países del planeta, no se debería ver ni por asomo estos casos y hechos.
La igualdad de sexos, es otro de las pruebas pendientes de casi el 90% de la población mundial. Amnistía Internacional denuncia que en lo que vá de este año 2008, mas de dos millones y medio de mujeres han sido detenidas en 23 países por reclamar sus derechos a tener ecceso a puestos de trabajo destinados exclusivamente para hombres. El muchos países del Asi Central y Meridional, la mujer incluso no puede ni asistir a una Universidad, por lo tanto, no tiene derecho a una profesión. En 39 países, se aplica la pena de muerte, el encarcelamiento o el destierro por la homoxesualidad, sea de hombre o de mujer. Por mencionar sólo a China, como punta del Iceberg, con mas de 1300 millones de habitantes, sólo el 37% tiene libre derecho a la educación pública, y la libertad de expression, es practicamente nula.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, con sus 28 Artículos elementales, esta siendo objeto de recelo y disconformidad por la mayoría de las personas que habitamos este planeta. Es, frente a las imnumerables desigualdades entre los seres humanos, un objeto sobre papel mojado; o más claro, que sólo son palabras escritas sobre un papel, pero que no se repetan ni menos se aplican por un puñado de personas que manejan a su antojo las vidas de 6987 millones de personas de este mundo.
En este 60. Aniversario, las Naciones Unidas, organismo que nació ni bien terminó la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1945; ha lanzado un claro mensaje, por medio de su Secretario General, Ban Ki Moon; a todos los líderes del planeta, ya sean gubernamentales, intelectuales o espirituales; “este Aniversario no es para celebración, sinó para la acción”.