Los suizos partidarios a frenar la inmigración en Suiza pretenden escojerse solamente a los extranjeros VIP. Extranjeros calificados con buen salario son bienvenidos incluyendo sus familias. Trabajadores de poco ingreso no tendrían los mismos derechos. Se está convirtiendo Suiza en un club de ricachones?
Desde que Suiza votó la semana pasada a favor de la iniciativa contra "la inmigración masiva" se soltaron los toros en Suiza y en Europa. La iniciativa exige regular la inmigración mediante contingentes limitados, lo que automáticamente rompe el acuerdo de libre tránsito de personas con la Unión Europea. El tema es muy disputado a todo nivel, de izquierda a derecha, entre los extranjeros que viven en Suiza y hasta entre los mismos suizos.
Primeramente hay que despedirse lentamente pero seguro de la imagen humanitaria que siempre tuvo Suiza en el mundo. Ayudar a los refugiados y perseguidos, eso ya fue. A más tardar con los escándalos de los millones que Suiza esconde / escondía de la evasión de impuestos de ricos de otros países se demostró que no solamente se ayuda a los necesitados, con mucho gusto también se ayuda a los que les sobra. Naturalmente que con tales millones se genera mejor economía en Suiza y todos salimos ganando, no muy honestamente pero así son los negocios, así es el dinero.
Y ahora la cosa se pone buena. La Comunidad, con cara larga, por ahora solo murmura "Estos suizos...". Por otro lado, guru Christoph Blocher, vicepresidente del partido SVP a quien le debemos todo este rebulú se la tiró a los "otros" suizos de la zona francesa que en su mayoría desaprobaron la iniciativa: "Ellos no son tan suizos ...", declaró Blocher en una reciente entrevista. De ser así entonces también se los puede clasificar como medios extranjeros? También se les puede restringir la entrada? Suiza es pequeña pero podría ser aún mas chiquita.
Suiza quiere solamente las fresas del pastel
Como Suiza no pertenece a la Comunidad pero si le conviene participar en su economía, son necesarios varios contratos complicados (Los Bilaterales) que aseguran a ambas partes un intercambio comercial entre otras cosas. En otras palabras, Suiza puede vender sus quesos sin problemas en la Comunidad, puede aprovechar y participar en proyectos científicos, puede intercambiar estudiantes, puede exportar y recibir energía eléctrica en caso necesario, etc. A cambio Suiza está obligada a aceptar una de las reglas elementales de la Comunidad: el libre tránsito de personas. Y justo esto es lo que no le gusta a Suiza. Peor ahora que Suiza debería aceptar en mayo 2014 el libre tránsito a Rumanía y a Bulgaria luego de 2 años de tránsito limitado a manera de prueba. Y encima está también Croacia que desde hace poco también pertenece a la Comunidad. Con la ruptura de los acuerdos bilaterales también estaría en peligro el acuerdo de Schengen, que también se basa en el libre tránsito de personas.
Para Europa los suizos se quieren comer solamente las fresas del pastel. Los suizos en cambio la ven diferente. Para Christoph Mörgeli, consejero nacional y del SVP no se trata de fresas, sino de "tragar sapos". Y al parecer ya tiene la pansa hinchada de tanto sapo. Suiza quiere limitar por contingentes la entrada a los europeos y separar a los sapos en 2 clases: los calificados con derechos y privilegios y los no calificados que tendrán una pata dentro y otra fuera de la poza. Es de esperarse que estos contingentes sean poco realistas. En los hospitales por ejemplo faltará el personal desde el que limpia hasta el que opera. Como se resuelve ahora el problema con los sapos no lo sabe nadie. Comparando proporcionalmente por territorio, hay más Suizos en la Comunidad (430 mil) que europeos en Suiza (1 millón).
Cuantos inmigrantes se aceptará en futuro próximo? tampoco está claro, pero la próxima posible iniciativa de la organización ecológica Ecopop apela a limitar la inmigración anual a un 0.2% del total de la población (actualmente 8 millones). Aunque las motivaciones sean diferentes, el SVP quiere apoyar la campaña del Ecopop. Ecopop por conservar la naturaleza evitando el exceso de edificación y el SVP simplemente por que no quiere tanto extranjero.
Los platos rotos
El hecho de que el pueblo helvético haya votado en contra de la Comunidad sin saber bien cuales son las consecuencias es sorprendente. En Suiza, donde todos y todo está asegurado y nada puede marchar sin una buena organización previa, se vota por el futuro sin tener certeza de lo que esta votación va a causar! Unicamente se esperan platos rotos pero no se sabe cuanta vajilla se va a perder. Y justo ahora que Suiza cuenta con buena vajilla.
Pero esto no le preocupa al SVP para nada. Según ellos, es la Comunidad la que sale perdiendo. El transporte entre norte y sur de Europa sería mucho más caro si se tiene que esquivar Suiza. Esto está por verse, si realmente la hormiga tiene al elefante por el pescuezo.
Ahora el consejo federal (gobierno suizo) tiene 3 años de plazo para poner en práctica esta iniciativa. Tratará de hacer nuevos compromisos con la Comunidad mediante contratos todavía más complicados para mantener el status quo. Pero no hay que esperar milagros. Para mantener lo que hay, Suiza tendrá que pagar el precio que ponga la Comunidad.